28 de julio de 2025
27 de noviembre de 2024
6 de febrero de 2024
El Correo de Burgos: «La sequía está haciendo mucho daño en el campo» José Manuel Iglesias cultiva cereal, viñas, almendros y pistachos
José Manuel Iglesias cultiva cereal, viñas, almendros y pistachos
José Manuel Iglesias posa con su hijo Adrián.E. M.
José Manuel Iglesias Gonzalo tiene un total de 270 hectáreas entre Fuentemolinos, Haza, Fuentelisenso y Sacramenia. Ahí cultiva sobre todo cereal y viña y reserva una parte a almendros y pistachos.
El año 2023 no fue nada bueno y eso que se libró del pedrisco y de las heladas. «La sequía está haciendo mucho daño en el campo», advierte con la mirada puesta en una cosecha de cereal que tras dos años sin lluvias ha vuelto a quedar muy mermada.
El pistacho tampoco le ha dado suerte. Dicen que a los 7 años comienzan a dar frutos, pero en su caso está costando más de lo esperado. «Tuve muchos problemas con los portainjertos al principio y ahora van con retraso. De hecho este año que se supone que deberían haber dado, solo he cogido un puñado para probarlos», asegura con resignación.
El único cultivo que se ha salvado y que le ayuda a cuadrar cuentas es el viñedo que tiene en cerca de 4 hectáreas dentro la denominación de Origen Ribera del Duero. «La viña ha ido normalilla pero al menos ha tirado y ha salvado un poco al resto», sostiene este agricultor que vende a una bodega de la zona.
Pero, ¿cuál de estos cultivos es el más delicado? José Manuel no duda: «todos». «Tanto las cepas como la cebada o los pistacheros, aquí en el campo todo está muy expuesto a los cambios climatológicos: el hielo, el pedrisco, la sequía… al final todo afecta y no hay forma de proteger. Si te toca, te toca».
Insumos
Y aunque ya no estamos en las cifras astronómicas de los últimos ejercicios, los insumos como el gasoil siguen sin dar tregua a los agricultores. «De abonos todavía no lo sé porque no he comprado aún pero el año pasado estaba muy caro», subraya sin olvidar las reparaciones de la maquinaria y los repuestos que «se han disparado como nunca».
Con 270 hectáreas el trabajo diario es continuo en la explotación agraria. «Mi mujer, Susana, trabaja y me ayuda pero ahora es mucho más complicado que antes. El campo actual te obliga a hacer muchos más números».
Él lo tiene claro: el aumento inesperado de temperaturas que hemos vivido en el recién acabado mes de enero ni encaja en invierno ni es bueno para el campo. «Hemos pasado de estar a 7 grados bajo cero a 17», advierte preocupado porque si el ciclo se adelanta, los estragos de las heladas pueden ser demoledores.
José Manuel tiene los cereales, y cuando pone girasol, en regadío, mientras que los almendros están en secano y los pistachos comparten ambas opciones. «Con la sequía hay determinados cultivos donde el regadío ha dejado de ser una opción», señala.
Libertad
Él comenzó en el campo, como casi todos, siguiendo la estela de su padre. «Él me dejó alguna tierra y luego yo he ido ampliando con rentas».
A diferencia de antes cuando encontrar tierras era casi una odisea, «ahora van saliendo más». «Los mayores se van jubilando», asegura con la esperanza de que sus dos hijos, Adrián y Rodrigo, puedan continuar con la tradición. «Por ahora son pequeños pero esto del tractor les gusta mucho».
Probó trabajar en una empresa, «pero a mí lo que me gusta es el campo». «Es verdad que es duro y exigente pero me da mucha libertad y a mí me llena».
Si el cereal y la viña representan el grosor de su negocio, los almendros son su capricho, aunque tampoco le dan muchas alegrías. «El problema son las heladas y este año el riesgo es todavía mayor porque con el calor de estos días están adelantados», afirma consciente de que si cae una helada cuando el árbol ha brotado, arrasa con todo.
Lo cierto es que aunque el almendro es un cultivo tradicional que siempre se ha visto en los pueblos, pocos tienen el privilegio de vivir de este fruto.
Almendro
En Castilla y León, el almendro está encontrando su espacio sobre todo en la zona centro-oeste, en las provincias de Valladolid, Zamora y Salamanca, pero sigue siendo minoritario en comparación con otras zonas y sobre todo, con otros cultivos como el viñedo o el cereal, que aquí en Ribera del Duero son mayoritarios. «El almendro es complicado sobre todo al principio, en el momento de la plantación. Si lo desarrollas en secano, como yo, es importante realizar un riego inicial y luego hay que hacer la poda para optimizar la producción», explica a sabiendas de que en este tipo de cultivo, la principal amenaza es el pulgón, la oruga y el siempre letal gusano cabezudo, que te obliga a arrancar el árbol. «Yo por ahora no lo he sufrido nunca», termina.
16 de noviembre de 2023
7 de septiembre de 2023
31 de agosto de 2023
19 de agosto de 2023
15 de agosto de 2023
Finalizando una de las peores cosechas de los últimos años
Fotografía circumpolar: La fotografía muestra la rotación de la tierra alrededor de su eje reflejando el movimiento aparente de las estrellas en el cielo nocturno mediante la técnica fotográfica de larga exposición, que puede realizarse con una fotografía de 1, 2,3 .. hora o con múltiples fotografías de, por ejemplo 30 segundos , durante 1, 2, 3 ... horas y luego apilando todas en una. Esta fotografía está hecha entre La Sequera de Haza y Moradillo de Roa y la cosechadora pertenece a unos amigos de Fuentenebro, a los que agradecemos su colaboración.
Aunque el cambio climático (largos periodos de sequía, tormentas y lluvias torrenciales, ...), influye de forma importante en las cosechas, no parece que afecte a la hipnótica visión de los cielos estrellados, las cálidas noches de verano. Disfrutadlo!!!
30 de julio de 2023
Forestación laderas de Fuentemolinos
La empresa palentina LAN FORESTAL, está realizando los trabajos de preparación del terreno para plantar próximamente diversas variedades de árboles (pino piñonero, encina, roble, almendro ...), arbustos y aromáticas (endrinos, lavandas, ...) en las laderas de Fuentemolinos que aún no tienen ningún tipo de plantación.
A través de la Junta de Castilla y León y con fondos FEADER, se realizará la plantación en terrenos propiedad del Ayuntamiento de Fuentemolinos, como ya se realizó en los años 90 en las laderas ya reforestadas. Se iniciaron los trabajos en la ladera este de Valdesuero, las Blanqueras ...
Llama la atención que en un pueblo pacífico como el nuestro, donde "nunca pasa nada", alguien, alguna "alma cándida", en expresión del responsable de la empresa, haya destrozado una de las máquinas que se utilizan en la preparación del terreno, provocando importantes destrozos. Los propios trabajadores gallegos, que como habréis podido comprobar trabajan de sol a sol para poder librar 4 días y poder regresar con sus familias en tierras gallegas, lamentaban la saña con la que ocasionaron los cuantiosos daños.
No se entiende, que ahora, cuando el cambio climático nos afecta más cada día, una forestación en terrenos comunales y prácticamente baldíos, que va a favorecer la retención de las lluvias en las laderas, las pintará de verde y con el tiempo pueden llegar a proporcionar piñones, almendras, algunas variedades micológicas, etc. pueda tener alguien en contra. Y si alguien está en contra existen cauces legales para oponerse a lo que considere le perjudica y no resolverlo a martillazos.
Creemos que el sentir de la práctica totalidad de las personas de Fuentemolinos está a favor de este tipo de actuaciones, que aunque se tarda años en ver los resultados, son imprescindibles y lo agradecerán las generaciones venideras.
Nuestro pesar por lo ocurrido y nuestro apoyo a la empresa y los trabajadores.
25 de abril de 2023
¿Cómo afecta este calor inesperado al viñedo? El Correo de Burgos (Loreto Velázquez)
¿Cómo afecta este calor inesperado al viñedo?
Salvo la lluvia del jueves, las precipitaciones desaparecen de las previsiones climatológicas en favor de un calor que esta semana va a ser intenso. ¿Cómo está afectando al viñedo? Nos lo explica a pie de campo, Juan Lázaro. “El ciclo va algo adelantado y eso no es bueno porque implica un mayor riesgo de daños si se producen heladas”, advierte este viticultor de la Denominación de Origen Ribera del Duero, que tiene dos hectáreas repartidas entre Fuentemolinos y Fuentecén, donde se encuentra la cooperativa, Doble R, que ha gestionado como gerente durante 15 años. “Ahora ya estoy jubilado pero sigo con mis viñas”.
Él plantó en el año 2000. Los inicios no fueron fáciles. “En la parcela de Fuentecén hay más riesgo de heladas. Sufrí varias en otoño, que es cuando más daño hacen las bajas temperaturas, y tuve que replantar en dos ocasiones porque se helaron enteras. Luego tuve dos: en 2007 cuando se helaron las puntas con la helada del 27 de mayo, y la de 2017. Crucemos los dedos”.
El momento actual es complicado. “Como ha hecho mucho calor, hay más plantas con yemas abiertas. A diferencia del invierno, cuando la yema está cubierta con una cápsula que la protege, ahora puede entrar el frío”, insiste consciente de que una vez comienza el ciclo vegetativo, los meses de mayor riesgo son históricamente abril y mayo. Así ocurrió en 2017 cuando un histórico desplome de temperaturas arrasó con la mitad de la cosecha de vino en Ribera del Duero. “Luego hay parcelas más propensas en función de la altura, la edad de la plantación y la ubicación, porque en cada pueblo hay zonas más peligrosas que otras”, puntualiza.
Aunque lo lógico es pensar que en las zonas altas de montaña siempre hace más frío, en Ribera al estar a 800- 1000 metros, la altura favorece porque la viña “tiene más aireación y se hiela menos”. “Lo peligroso es cuando el aire se para, el caliente sube y el frío desciende afectando a las zonas bajas”, señala.
Junto al calor preocupa el agua. “La sequía es un problema que está yendo a más. Según los datos de la estación meteorológica de Fresnillo, en el primer trimestre del año ha llovido un 50% menos que el año pasado; también hay menos agua embalsada y las fuentes no han recuperado el brío porque salvo la pequeña nevada del 23 de febrero, no ha habido ninguna nevada importante”.
El riego se está convirtiendo en una herramienta muy a tener en cuenta. “Ahora realmente en la viña no hace falta, porque lo que interesa es retrasar al máximo el desarrollo para reducir el riesgo de heladas, pero si no llueve, puede ser muy útil de cara al verano”, subraya con la mirada puesta en la última cosecha, cuando las parcelas que contaron con el agua extra del riego, dieron producciones aceptables. “Donde no se regó, los racimos perdieron peso”.
A la hora de pedir, lo ideal es que llueva en invierno, cuando el agua de verdad incide de forma directa en una mejora de la reserva hídrica. “Está claro que tiene que llover, pero ahora ya tiene menos calado porque el agua se evapora antes, por las horas de luz, el sol y el aire”.
Preocupante falta de mano de obra
Como gerente de Bodegas San Mamés, ahora Bodega Doble R, Juan ha visto la evolución de una Denominación de Origen que se está adaptando a las necesidades del campo, pero también a los retos de un sector que sufre un serio problema de falta de mano de obra. “Es un problema grandísimo”, asegura preocupado porque aunque en la poda en seco, es más fácil, todo se complica en la poda en verde y en la vendimia. “Muchos están transformando las viñas de vaso a espaldera para poder mecanizar estos trabajos y no depender tanto de la mano de obra”.
Y es que, a diferencia de hace 15 años, ahora hay más viñedo pero no ha crecido el número de “personas especializadas en estas labores”. “Lo que más puede estresar a un viticultor es que llegue la vendimia y no tener cuadrilla, porque la uva es un producto perecedero y si llegan las lluvias es un desastre”, termina.