Esta primavera algo tardía y lluviosa, ha retrasado bastante la floración de los frutales y el desarrollo en general de todas las plantas y en especial del viñedo, que a pesar del refrán, "por la cruz la viña reluz", aún está despertándose.
La imagen corresponde a primeros de mes, los chopos más jóvenes inician la formación de sus hojas con esos tonos ocres más parecidos a la época otoñal, convirtiendo en escenario bucólico el entorno de la única caseta de la vega, la caseta de Evaristo, en la actualidad de su hijo Alfonso, en el término de Olaso, que además de servir para tener las herramientas y arados con los que cultivar remolachas y patatas, servía para resguardarse del sol asfixiante del verano y de las estruendosas tormentas por la cercanía de las arboledas, que en esta zona alcanzaban espectaculares dimensiones, con aguaceros persisitentes, difíciles de olvidar.