La Revista Decanter, considerada la mejor revista de vinos del mundo y organizadora del concurso de vinos más respetado y prestigioso a nivel internacional (Decanter World Wine Awards), publica en su número de mayo una entrevista a Telmo Rodríguez, socio y administrador de la Compañía de Vinos Telmo Rodríguez, fundada en 1994 junto a su socio Pablo Eguzkiza, que como todos conocéis ha adquirido numerosas parcelas en Fuentemolinos, para dedicarlas al cultivo de la vid dentro de la denominación de origen Ribera del Duero.
Valentín, director de viñedo, como le denomina la Revista, en animada conversación con Telmo, en la nueva plantación de Los Guijarros. (Fotografía del artículo en Decanter).
Su pasión por el terruño ("terroir" es el témino francés para definir las características especificas de terreno y clima) y las variedades autóctonas, que aportan los matices y el potencial a cada denominación de origen, les ha llevado a buscar de forma incansable, emplazamientos únicos, terrenos olvidados, terrazas empinadas, ..., a conservar pequeñas parcelas centenarias y a plantar, a la antigua usanza, con patrón americano injertando después con madera seleccionada de viñedos autóctonos de cada zona, además de hacerlo con marcos muy ajustados para que la competencia entre las plantas sea mayor y los racimos más pequeños, ... , cultivos ecológicos, vendimia en cajas, mesa de selección, ... , buscando la máxima calidad.
Si amplias la fotografía, descubrirás una perdiz incubando en su nido al pie de la cepa, en una de las parcelas centenarias de Fuentemolinos que han decidido conservar.
Durante la entrevista, visitan las nueve zonas donde elaboran vinos y cuando llegan a Ribera del Duero, esto es lo que nos cuenta la periodista:
"Ascendemos primero a 1.100 metros de altura, cerca de Pardilla, para visitar las 6 hectáreas situadas en Fuentemolinos, donde las viñas de Tinto Fino (Tempranillo) en vaso, permanecen en lo alto de un llano ventoso, en un asentamiento casi bíblico. No ha llovido durante meses y el campo está reseco. Sólo las profundas raíces de las viñas permiten superar la sequía sin ayuda. Rodríguez elabora tres vinos aquí: El más modesto, Gazur y otros dos más complejos y con mayor valor: M2 y Matallana."
Nacido en un familia con tradición vitivinícola, Remelluri, es la bodega de la Rioja Alavesa donde dió sus primeros pasos y donde ha vuelto después de algunos años para tomar el timón. Se diplomó en Enología en la Universidad de Burdeos y junto a su compañero Eguzkiza, comenzaron sus negocios aportando 300 € cada uno. Siempre se han distinguido por su independencia y por tener las ideas muy claras.
Su pasión por el terruño ("terroir" es el témino francés para definir las características especificas de terreno y clima) y las variedades autóctonas, que aportan los matices y el potencial a cada denominación de origen, les ha llevado a buscar de forma incansable, emplazamientos únicos, terrenos olvidados, terrazas empinadas, ..., a conservar pequeñas parcelas centenarias y a plantar, a la antigua usanza, con patrón americano injertando después con madera seleccionada de viñedos autóctonos de cada zona, además de hacerlo con marcos muy ajustados para que la competencia entre las plantas sea mayor y los racimos más pequeños, ... , cultivos ecológicos, vendimia en cajas, mesa de selección, ... , buscando la máxima calidad.
Si amplias la fotografía, descubrirás una perdiz incubando en su nido al pie de la cepa, en una de las parcelas centenarias de Fuentemolinos que han decidido conservar.
Durante la entrevista, visitan las nueve zonas donde elaboran vinos y cuando llegan a Ribera del Duero, esto es lo que nos cuenta la periodista:
"Ascendemos primero a 1.100 metros de altura, cerca de Pardilla, para visitar las 6 hectáreas situadas en Fuentemolinos, donde las viñas de Tinto Fino (Tempranillo) en vaso, permanecen en lo alto de un llano ventoso, en un asentamiento casi bíblico. No ha llovido durante meses y el campo está reseco. Sólo las profundas raíces de las viñas permiten superar la sequía sin ayuda. Rodríguez elabora tres vinos aquí: El más modesto, Gazur y otros dos más complejos y con mayor valor: M2 y Matallana."
Y su filosofía: "No perseguimos éxitos rápidos. Nos gusta ir despacio, hasta entender cada terruño y cada variedad para conseguir vinos complejos. Somos corredores de larga distancia no sprinters.", comenta Telmo.
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En esta presentación se puede ver el artículo original completo.
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Nuestro objetivo de dar a conocer Fuentemolinos, va a ser más fácil desde ahora, porque contando con embajadores tan importantes, esta labor irá ligada al éxito que auguramos y deseamos para sus proyectos en nuestro pueblo.
Descorchamos, virtualmente, una botella de Gazur, M2 o Matallana y brindamos por ello.
¡¡¡Salud!!!
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