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Seguimos carretera abajo, pasando por el frontón, algunas casas en ruinas, ... y el chorro con su permanente brisa. Subimos hacia el picacho de los palomares, desde donde tenemos una de las mejores vistas del pueblo, con la Iglesia y el Ayuntamiento, las casas del picacho y la zona de la fuente y la ermita.
Seguimos carretera abajo, pasando por el frontón, algunas casas en ruinas, ... y el chorro con su permanente brisa. Subimos hacia el picacho de los palomares, desde donde tenemos una de las mejores vistas del pueblo, con la Iglesia y el Ayuntamiento, las casas del picacho y la zona de la fuente y la ermita.
Bajamos por una senda desde el Picacho hasta la acera izquierda de la carretera, justo en las Conejeras, para seguir carretera abajo. (Los que no quieran correr peligro, tendrán que volver sobre sus pasos para enlazar con la carretera). Desde aquí y hasta el empalme, además de la Casa Rural, disfrutaremos del recorrido, escuchando el murmullo del arroyo y contemplando las vetustas bodegas y lagares a nuestra izquierda y los huertos a la derecha.
El descenso termina en el empalme, donde giramos a la derecha en dirección a Adrada. Pasamos por el puente de la Carrera, lugar algo mágico, por el ruido del agua y los reflejos de los rayos del sol que cruzan de forma intermitente las altas y tupidas ramas de los chopos, movidas por el viento.
Siguiendo la ruta, enlazamos con el Camino de la Canaleja. A nuestra izquierda la Bodega de Hnos. de Hoz Sualdea, subimos una empinada cuesta y ya estamos en las alamedillas, dando vista, con otra perspectiva, a los huertos y las bodegas.
... Continuará ...
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