18 de octubre de 2011

Ribera del Duero: Regueros de mosto

Aunque la vendimia se inició la primera quincena de septiembre, con la apertura de algunas bodegas que elaboran cava o vinos blancos, el grueso de la cosecha se ha recogido entre el día 30 de Septiembre y  12 de Octubre.

En general, a pesar de que la cosecha sobrepasa ya los noventa millones de kilos,  y amenaza con batir el récord de noventa y siete millones de la cosecha de 2006, la vendimia ha sido tranquila y corta, gracias a la excelente climatología, que ha permitido realizarla sin sobresaltos y de forma continuada. Lo normal otros años, era tener la bodega abierta al menos quince días, y sin embargo este año han sido suficientes unos diez.


                                                
Nos ha llamado la atención, los regueros de mosto, que han quedado marcados en todas las carreteras de nuestra geografía ribereña, en las cercanías de las bodegas. El mosto que esculla de las bañeras y remolques, ha regado el suelo, desde los viñedos hasta  las bodegas. Y no porque sobre, a pesar de la gran cosecha, sino porque este año, ha faltado uno de los ingredientes típicos de la vendimia en la Ribera, la lluvia, que en mayor o menor medida suele hacerse presente para lavarlo todo.



El cambio climático, que en general tiene graves consecuencias, puede beneficiar comparativamente a Ribera, por que estamos en una zona con climatología extrema, con heladas hasta mediados de primavera y en los inicios del otoño. La benignidad de este año, se ha traducido en una cosecha muy sana y con buena graduación alcohólica, pero no exenta de riesgos en la elaboración. Tendremos que conseguir bajar los azúcares reductores por debajo de 4 gramos/litro para que nuestros vinos sigan siendo tranquilos y no dulces y cuidar la fermentación maloláctica para que los niveles de volátil estén controlados.


La tradicional vendimia a mano, en la que es necesario contar con personal, con los problemas de contratación que conlleva y el miedo a sanciones por parte de la inspección de trabajo ante cualquier irregularidad, que obliga en algunos casos a prescindir de la ayuda de amigos o familiares, está decantando a muchos viticultores hacia la vendimia mecánica, a la que puedes acudir sin garillo ni canasto y provisto de una cámara de fotos para inmortalizar la vendimia, la descarga, el transporte y la recepción en bodega. Por supuesto, carece del esmero con que la uva es tratada en la vendimia a mano, de la confraternización con amigos y familiares, y del encanto del ambiente festivo, pero para muchos viticultores es el mejor antídoto contra el estrés de la vendimia.