Esta oveja churra le llegó la hora del parto la tarde del día 2 de marzo, cuando Eustaquio suelta el ganado estos días de invierno. Aunque estaban volviendo al redil para pasar la noche parece que ya no le dió tiempo a llegar y encontró un hueco entre estas rocas donde poder parir tranquila y pasar la noche sin que su cría sufriese los rigores de la noche. El día 3 llovió durante todo el día y también pudo pasarlo debajo de las rocas sin mojarse. El día 4, mientras daba el paseo de costumbre con Tara, se paró a olisquear por la zona de las rocas y enseguida salió la mamá oveja para embestirla y defender a su cría. Atada la perra, la oveja y su cría se quedaron tranquilas. Así fue como descubrimos esta tierna escena pastoril. Avisamos al pastor que fue a recogerlas muy contento con la buena noticia.