Mientras Salustiano disfrutaba del sol cuidando de las ovejas recién paridas y de las corderas junto a las eras, caminábamos campo a través por el término de Los Palomares, por debajo del camino que va a La Loba, cuando nos sorprendieron los saltos sobre la mies de un asustadizo corzo que salió de su encame bajo unos almendros.
Cada vez es más frecuente ver corzos en Fuentemolinos pero nunca habíamos visto a ninguno tan cerca del pueblo.
Cada vez es más frecuente ver corzos en Fuentemolinos pero nunca habíamos visto a ninguno tan cerca del pueblo.