Bajo el nombre de fracking se esconde una de las mayores agresiones que se pueden perpretar contra el medio ambiente. Normalmente, se traduce al idioma español como fracturación hidráulica (del inglés, hydraulic fracturing). Pero, ¿qué en qué consiste exactamente el fracking y por qué es tan dañino para el medio ambiente?
El fracking es una técnica que permite mejorar la extracción de gas y de petróleo del subsuelo. Para ello, se inyecta a presión algún material en ese suelo, de modo que las fracturas que ya existen en las rocas del interior de la tierra aumenten y liberen el gas o el petróleo, que saldrá hacia el exterior. Lo que se inyecta, normalmente, es agua con arena, aunque también se puede usar algún tipo de espuma o gases.
Ante la demonización del petróleo, cada vez se consume más gas natural (ya que emite menos gases de efecto invernadero). Pero en la extracción de éste se usa a menudo la técnica del fracking, lo que destroza paisajes por muchas zonas del planeta. Las empresas buscan desesperadas yacimientos de gas natural para no quedarse sin negocio. Algunas de estas reservas con casi inaccesibles. Es en estos casos cuando se recurre al fracking.
En Estados Unidos se ha usado mucho y ha sido cuestionado por diversos estudios, que señalan, no sólo su impacto medioambiental, sino también el peligro que supone para la salud.
El sistema utiliza varios miles de litros de agua (lo que ya de por sí es una aberración ecológica) que, además, se mezclan con productos químicos y arena. Ese compuesto se inyecta a alta presión en los yacimientos encerrados en la roca densa del subsuelo y liberar el gas natural. Esos compuestos químicos, que rompen o diluyen la roca, contaminan el terreno y los acuíferos subterráneos. Varios estudios científicos lo confirman (uno elaborado por investigadores de la Universidad de Duke, otro realizado por la Universidad de Cornell). Además de la contaminación, el fracking produce gases de efecto invernadero, sobre todo, metano, más dañino para el cambio climático que el CO2.
Por último, se utilizan sustancias tóxicas como el benceno, el plomo y otros productos químicos que han sido catalogados como cancerígenos.
Se calcula que la técnica del fracking se usa en el 60% de los pozos de extracción que están abiertos en la actualidad.