Emulando el título del programa televisivo “Un millón para el mejor”, podemos concluir, que el mundial de fútbol celebrado en Sudáfrica, lo ha conseguido nuestra Selección, que ha demostrado ser el mejor equipo, por la limpieza de su juego, el tiqui taca, San Casillas, “Villa maravilla” y el pequeñín de Fuentealbilla. Pero lo importante, ha sido el equipo y la habilidad de el “sabio” salmantino, natural, sencillo y simpático Del Bosque.
Como era nuestro deseo, España ha estado en la final y la ha ganado. 116 minutos de interminable sufrimiento, se han convertido en al menos cuatro años para disfrutar de la gloria de ser campeones del mundo.
En Fuentemolinos, también se vivió con pasión.
Juan Carlos preparó una televisión a medida para la terraza, bajo el toldo y la sombrilla, porque la tormenta estuvo amenazante toda la tarde. Con la cerveza fresquita y las palomitas se amortiguaban algo los nervios.
Iván con su megáfono y Pablo con su vuvuzela, ponían el sonido mundialista, los atuendos de los aficionados mayoritariamente vestidos con la camiseta de la selección, ponían el color. Pero entre tanta marea roja destacaba una aficionada despistada que había acudido al evento con la camiseta naranja y no tuvo más remedio que rebuscar en el armario durante el descanso, para equiparse de rojo, como requería la ocasión, pues de lo contrario su destino hubiera sido el pilón para darle un buen remojón.
Y es que, en un día tan señalado hasta los perros iban con la selección.
Y es que, en un día tan señalado hasta los perros iban con la selección.
¡Y por fín llegó la gloria!
