Que todos participen para proteger el patrimonio ribereño
Los vecinos de Guzmán, Fuentecén y La Sequera de Haza se vuelcan con los investigadores para proteger su patrimonio
Así lo marcan tanto el Ministerio de Cultura, que financia este proyecto, como la Unesco: la salvaguarda del patrimonio inmaterial tiene que ser participativa y social y se ha de trabajar con las personas que tienen el legado inmaterial. Dicho y hecho. El sábado en Fuentecén, cerca de 30 personas acudieron a los talleres participativos que se celebraron en el centro cultural.
Se habló de bodegas, uno de los elementos más arraigados y que han marcado el paisaje y la vida en la Ribera del Duero, desde las fiestas, hasta el trabajo comunitario, los refranes o las canciones. «Al final los que van a legar el patrimonio a las generaciones futuras son las propias gentes de los municipios», subrayó AlbertoPolo, uno de los investigadores.
Patrimonio que está en cambio constante. De hecho, según Paco Reyes, coordinador del proyecto, la industrialización del mundo del vino ha provocado que se pierdan muchos usos. Indicó que la creación de las cooperativas «marcó el desapego a las bodegas y lagares tradicionales» y que si todas esas costumbres ancestrales no se recogen convenientemente, «puede desaparecer todo un mundo de conocimiento y saberes». Algo que la sociedad no puede permitirse. De ahí su apuesta por registrarlos para que «sirvan como acervo cultural» a las próximas generaciones.
Ahora, el próximo paso será sistematizar la información que han recogido en los pueblos, crear publicaciones científicas y elementos de divulgación que los municipios empleen a nivel turístico.