Desde la histórica helada de finales de abril, se suceden de forma intermitente tormentas vespertinas, que por el momento no han producido daños y tampoco han servido para aumentar las reservas hídricas de la zona, pero sí han sido muy beneficiosas para paliar la sequía de los cultivos cerealistas de secano.
Una de las tormentas, acercándose por las eras, desde el oeste.