La pertinaz sequía que asola la Ribera del Duero está incidiendo de forma negativa en la evolución de la cosecha de uva.
Después de tres cosechas consecutivas "excelentes", parece que la cosecha de Ribera de 2012 se está caracterizando por sufrir distintos avatares desde sus inicios. Ya en la brotación había yemas muertas, al parecer por heladas "fantasma" que Agroseguro no cubrió en la mayoría de los casos, otras yemas con tallos en forma de palometa con entrenudos cortos e infinidad de nietos y con nula producción, la puntual pero devastadora incidencia de algunas tormentas de granizo en pequeñas zonas y la pertinaz sequía que es común a todo el territorio de la Denominación de Origen.
Con el país anclado en una profunda crisis Ribera del Duero sigue creciendo. La excelente calidad de nuestros vinos, el esfuerzo de las bodegas adaptando sus precios a los mercados de gran consumo y la positiva evolución de las exportaciones han hecho posible este "milagro".
Sin embargo, las perspectivas de una cosecha insuficiente en cantidad preocupa tanto a bodegueros como a viticultores ya que podría truncar la buena evolución de Ribera del Duero en los últimos años en todos los mercados.
Esperamos que esta planta milenaria, con porta injertos de Vitis Riparia o Vitis Rupestris ..., adaptada a la sequía y excepcionalmente sana en la actualidad, no permita el cierre de los estomas de sus hojas para que sigan produciendo la fotosíntesis con normalidad, generando el azúcar necesario hasta la total maduración de sus uvas de tempranillo, a pesar del estrés hídrico al que están sometidas.
Estamos seguros que la madurez de esta Denominación de Origen se reflejará nuevamente en la calidad de la cosecha por el esfuerzo de los viticultores para seleccionar la uva en la vendimia, la esmerada elaboración de enólogos y bodegueros, por el estricto control que los técnicos realizarán en viñedos y bodegas, y también por la fijación negociada de precios que mejore la redistribución de los recursos generados.